Nos aferramos a nuestros sueños.
Intentamos olvidarnos de nuestros miedos mirando por un cristal que nos separa de la realidad. La realidad que nos ahoga y no somos capaces de afrontar, la realidad que hace que sonriamos sin sentirlo de verdad. Y es que vamos cargando cosas, mentiras, prototipos, apariencias y falsas sonrisas, hasta que todo eso cae por su propio peso. Pero no hay que recogerlo, ni limitarse a que nos ayuden ha hacerlo, sino dejarlo ahí y seguir adelante. Y si hay que dejar algo amedias de deja, porque la vida sigue y no es plan de dejarla sin terminar.
Linda, tenes twitter ?
ResponderEliminar@mariatiwiss
EliminarLo siento por contestar tan tarde.